sábado, 17 de enero de 2009

Había una vez!

Caminaba sin zapatos por la Punta, regresando del mercado, arrepentida por no haberlos sacado y al mismo tiempo disfrutando la parte que hasta hoy más amo del venarno, caminar sin zapatos. pensando sólo en la hora en que pisaría sombra, aunque sea la sombra de un poste, planeando cómo saltar de sombra en sombra, haciendo todo un recorrido meticuloso, calculando las temperaturas de los diversos tipos de suelo, el de la vereda no quema tanto como el de la pista, la parte pintada de blanco de la pista, no quema tanto como la vereda, la sombra, no quema.... y en ese preciso momento a mis ocho años vi caer del cielo una milanesa.